28/12/10

Personificar

Desde hace no mucho tiempo le pongo nombre a todo. A todo. Pensé que, ¿porqué mi guitarra, mi ordenador o mis muñecos eran los únicos con derecho a tener nombre? No son más humanos que mi lámpara, o mi espejo. No los aprecio más que mi silla o mi almohada. ¿Qué sería de mí sin ellas? Tampoco es que los adore y quiera personificarlos. No estoy loca. Pero eso no quiere decir que no los aprecie. Sé ver su valor. No su valor económico, si no el valor que deriva de su uso. Sin mis gafas no vería. Sin mi reloj las pasaría putas para saber la hora porque nunca sé donde dejo a Jack, mi móvil.

No les pongo nombres para no sentirme sola. Porque para empezar no lo estoy. Pero ponerles nombre es como darles más importancia. Y no lloro y echo de menos cuando se me acaba algo. Calimero, por ejemplo, mi pasta de dientes murió, por decirlo “humanamente”. Y sus descendientes también. Actualmente me acompaña Calimero Tercero. Ni Eusebio, mi cepillo de dientes, ni yo, echamos de menos a los otros. Pero valoramos a este.

He dicho que no estoy loca. Pero la verdad, lo parezco. Porque cuando estoy en el salón con mis padres y les digo, “me voy a la Luna” se quedan extrañados y ciertamente preocupados hasta que caen en la cuenta de que llamo Luna a mi habitación. Supongo que cuando caen en la cuenta siguen quedándose extrañados y ciertamente preocupados.

Humanizar muchas veces significa deshumanizar. Lo nuestro es más nuestro cuando le ponemos nombre. Por ejemplo, pensemos en Gato. El gato de Holly Golightly. Ella no quería ponerle otro nombre más que lo que es. Y eso creo que está bien para que la cosa en sí no pierda su identidad. Algunas cosas por tanto las llamo lo que son. Pero como si ese fuera su nombre. Mi marioneta se llama Marioneta. Porque es una palabra muy bonita. Mi lámpara se llama Pimientos. Porque la verdad es que lo parece. Mi cama Gramola. No es un nombre como tal, pero no es lo que es, así que lo considero un nombre. Mi guitarra es Ginebra. Mi ordenador es Colette. Bueno, todo tiene nombre.

A veces se me olvidan. Pienso que además de una tontería como una casa esto de ponerle nombre a todo es bueno para la memoria. Porque la estimula y tal. También me sirve para sentirme un poco idiota cuando me quedo pensando y me desespero porque no me acuerdo del nombre de una libreta. Como si no tuviera cosas más importantes en las que perder el tiempo.

En fin, cada uno es como es.

23/11/10

Hipocresía


Señoras y señores del jurado, tengo un cuento que contarles. Bueno, para ser sincera yo no soy la que lo cuenta, sólo soy un personaje. Se trata del cuento más famoso de la historia. En él, existe un cielo, con sus ángeles y sus Santos; y un infierno, con los malos y demonios. En el medio tirando al cielo, se sitúa un señor que vive, a pesar de parecer una momia andante, que lo que dice va a misa. En ese cuento están los clérigos, que son los que mandan, los crédulos, los golfos y los floreros. Ahí estoy yo. Soy un florero porque soy mujer. Me corresponde así, la tarea de procrear, cuidar de los hijos, y si es posible, no pensar. Además soy bastante indeseable porque soy atea y homosexual.

Entre los cuentos más vendidos de la historia están Harry Potter y La Biblia. Si tenemos en cuenta que la vida del señor Potter se narra en siete volúmenes no cabe más remedio que aplaudir el mérito de la Biblia al ser el más vendido. Pero bueno, es cierto que la Biblia lleva más tiempo dando el coñazo. Aunque también es loable el que siga siendo un superventas a pesar de eso.

Así pues, el cuento del que les hablo es el narrado en las Sagradas Escrituras. A pesar de que una servidora no la ha leído, (y no tiene ninguna gana de hacerlo), piensa, que el libro es lo que en el cine llamaríamos una comedia romántica. Sí, porque trata del amor entre un algo invisible y omnipresente y el resto del mundo al cual le predica sus principios de moralidad. Y es cómico por sus grandes contradicciones. Estas contradicciones no sólo se hallan en el propio libro sino en el también en el cuento parafernálico en el que vivimos nosotros. Por ejemplo:

El Santo Padre, como representante de Dios en la tierra, defiende cualquier forma de vida. Hasta ahí es muy bonito, pero en un alarde de coherencia, se opone con el celibato de los suyos, a la perpetuación de la especie. En verdad, habríamos de celebrar todos esta decisión pues así es posible que no se generen más ejemplares como ellos. Pero analizando la coherencia de esta norma nos damos cuenta de que no la tiene pues, no se puede defender la vida evitando que ésta se produzca. Quizás piensen que todos los embarazos deberían producirse como los de la Virgen María, es decir, sin relaciones sexuales, pero claro, la única forma para esto es la inseminación artificial a la cual también se oponen por ser ciencia.

Recientemente me sorprendió saber de las medidas de seguridad con las que vive el Papa. No solo con el coche-urna que lo pasea por las calles si no también cuando viaja en avión. Suele ser escoltado ejército de aquel país que visita. Además de tener un ejército propio, ya que es un jefe de Estado. Pero pensemos. ¿Por qué tanta protección? ¿Si muere no será porque Dios lo ha querido así? ¿Como Santo Padre no se siente divinamente protegido?

Otra paradoja es por qué la Iglesia, con lo rica que es, y con todo lo que prediga sobre compartir y sobre la compasión y con todo lo que le importa la vida de las personas, no hacen algo para tratar de erradicar la pobreza de África. Habremos de pensar que directamente no le interesa pues se alimenta de la miseria y desesperación de los más necesitados, prometiéndoles una vida mejor después de ésta. Nadie tiene una visión empresarial mejor que la de Dios. Aunque también puede que sea por el SIDA. Esa enfermedad tan patente en el continente subdesarrollado. Esa enfermedad que mata “justamente”. Claro, porque según su Santidad "jugar con la naturaleza del amor conduce a catástrofes así". Por eso en África mueren a diario niños "ajusticiados". Pero del preservativo ni hablar.

Quién sabe, es posible que algún día la Iglesia decida emplear el inmenso poder que tiene para ayudar a las personas y no para utilizarlas en su beneficio.

Nuestra sociedad actual, aunque presenta una modesta práctica religiosa real, permanece fuertemente influida por los dogmas que, lo queramos o no, mediatiza nuestra forma de pensar y, desde los centros de influencia controlados por la Iglesia, pretende imponernos a creyentes y no creyentes una determinada forma de vivir. Así, de vuelta al cuento más vendido de la historia comentaré algunas contrariedades que se manifiestan entre el escrito y la doctrina católica.

En la Biblia, entre otras muchas cosas, se muestra, de modo claro e irrefutable, que: Dios no cree en la supervivencia postmortem de los humanos, ni tampoco en el infierno. Los Diez mandamientos originales no son los mismos que afirma la Iglesia. El culto a las imágenes está absolutamente prohibido y se las califica de “espantajos de melonar”. Los apóstoles no creyeron en la “Inmaculada Concepción” de María (un dogma que no fue impuesto hasta 1854), ni en la personalidad divina de Jesús (decretada en el año 325). María, la madre de Jesús, tuvo como mínimo siete hijos. Jesús fue un judío, fiel cumplidor de la Ley hebrea, que jamás instituyó -ni quiso hacerlo- ninguna nueva religión ni Iglesia. Jesús nunca fue cristiano ni, menos aún, católico. Jesús predicó que el “fin de los tiempos” era inminente, pero se equivocó (gracias a Diios). Jesús prohibió explícitamente el sacerdocio profesional. Jesús elevó a la mujer al rango de igualdad con el hombre y la hizo protagonista de algunos de los pasajes más fundamentales de su vida. Jesús mismo negó toda posibilidad de que pudiera volver al mundo tras su muerte (siendo imposible, por tanto, su presencia “real y verdadera” en el “sacrificio de la misa”). La figura del Papa es contraria a lo que predicó Jesús y Pedro jamás fue obispo de Roma. San Pablo afirmó que “Dios no habita en templos hechos por la mano del hombre”. El contenido y fecha de celebración de fiestas como la Pascua de resurrección, Navidad o Reyes es una evidente apropiación de celebraciones paganas anteriores que tenían el mismo significado.

La iglesia católica presenta una imagen ambigua en su forma de actuar. Por un lado se consideran espirituales y sociales, utilizando las palabras de amor, igualdad, hermandad y bondad. Mientras que por el otro lado están unidos a los opresores del pueblo, a los gobiernos que restringen la libertad, ya que podrían abrir las puertas al público de su biblioteca privada para que la gente pueda leer los libros que tienen escondidos desde hace siglos. Podrían aceptar que el preservativo es preferible al SIDA, que la mujer no está hecha sólo para procrear, atender al hombre, y cuidar de la casa. Podrían dejar de bendecir coches-urnas, de criticar la libertad de las personas a la hora de elegir a su pareja, podrían recocer el beneficio de la ciencia, podrían participar activamente en la lucha para erradicar el hambre y la pobreza en el mundo. Pero no lo hacen.

12/11/10

Vamos a contar mentiras


Sin mentiras la humanidad moriría de desesperación y aburrimiento. Anatole France

“Increíble, pero falso” es una comedia romántica con un toque especial, una película de ficción real como la vida misma. El film describe la verdad, tan cruel como sólo ella puede ser, de un mundo sin mentiras.

La película: Se desarrolla en una realidad alternativa, en la nadie puede mentir, en la que nadie sabe qué es mentir. Por eso empieza de cine: el mundo de la sinceridad es tan cruel como divertido. Sólo hay que ver la escena de la primera cita de los protagonistas, (es para no parar de reírse), o la del anuncio de coca-cola, (otra que tal). En un mundo donde no se puede mentir nos reímos de lo cruel que puede llegar a ser la vida. Y eso se muestra en la película. Sin embargo si es cierto que cuando llega el listo que inventa la mentira, las cosas se vuelven más aburridas. Es interesante ver cómo alguien puede manejar al resto de la humanidad a su antojo, cambiar el pasado, cambiar las creencias, sembrar el terror, hacer lo que quiera con la gente, porque al fin y al cabo, él único que puede decir lo que no piensa es como un Dios. Pero a la mentira ya estamos demasiado acostumbrados y por eso, al menos en mi opinión, es resto del film, no es tan “bueno”.

La idea: Es muy buena y profunda. Por un lado todos sabemos que mentir no está bien, que a nadie le gusta que le mientan, etc. Pero la capacidad de engañar, inventar, y mentir es innata a las personas, y este mundo no se sostendría si nadie fuera capaz de mentir. ¿La publicidad existiría? ¿Algún político llegaría a Presidente? ¿Habría alguna religión? Y así muchas más preguntas, algunas tan crueles, que no quiero escribir. Porque todos tenemos una opinión que nos podemos abstener de contar. Así, si alguien te cae mal, puedes evitar decírselo, porque en el fondo eres buena persona y no quieres hacerle daño, (aunque te caiga mal). Así pues, la mentira, eso que está tan mal visto, puede ser buena y mucho. Las mentiras sostienen creencias religiosas, de tal forma que crean en la psique de los fieles un atisbo de esperanza que les ayuda a sobrellevar su miedo a la muerte. Las mentiras ocultan, maquillan o disimulan las verdades, haciéndonos a todos más buenos e interesantes. En un mundo sin mentiras no existirían los abogados, los investigadores, la ficción, los videntes, los actores, los políticos, etc. Sería un mundo cruel y aburrido.

6/11/10

Nueva ortografía


El idioma es como un organismo vivo que nace, se adapta evolucionando y, a veces, finalmente muere.

Cada uno, por sus influencias cambia de una forma, y quitar esas señas de identidad en pos de un entendimiento más universal es una soberbia tontería. Si el idioma es hoy día así es porque debe ser así. Si “sólo” y “solo” se escriben diferente es por algo. No significan lo mismo. Si “éste”, “ésta”, y todo eso se acentúa es por algo. Al igual que guión y todos esos monosílabos con diptongos. ¿Cómo nos vamos a entender mejor si tenemos menos formas de escribir las cosas, y pueden significar, al mismo tiempo, más?

Desde que en 1726 la RAE separó los usos de la “i” del de la “y”, ésta (dentro de poco estará mal escrito) fue conocida como i griega. Sin embargo, para que nos entendamos mejor, se llamará “ye”. Pero a ver, ¿cambiar el nombre de una letra va a ayudarnos a entendernos mejor hablando el español? Parece ser que sí, porque se unifica el nombre de todas. Ya no habrá quien pueda decir sin errar “be alta o be baja”. Como si antes no lo entendiéramos. Además, la “ch” y la “ll” consideradas letras desde el siglo XIX dejarán de serlo para ser sólo dígrafos. Pasaremos de 29 a 27. La “q”, en mi opinión una letra preciosa, dejará de usarse en aquellas palabras donde tenga el sonido /k/, (por ejemplo Irak o Catar (antes Qatar)).

- Quiero un café. Para mí solo. – ¿Que quiere un café solo, que quiere un café para él solo, o que sólo quiere un café? La tilde que diferenciaba la soledad de la actividad desaparece. Y es triste que una palabra tan solitaria como sólo se quede solo en letras. También es triste que un signo ortográfico, como guión, pierda otro signo ortográfico.

Pero no todos los cambios son malos. Hay veces en las que lo que desaparece es lo que no se usa. Lo inútil se desecha. Así como el caso de las mayúsculas antes de los nombres de calles y avenidas, ríos y etc. O como el guión entre ex o anti. Ex-novia, será exnovia. Porque así es más moderno. Anti-convencional será anticonvencional, porque así es más pro. Tampoco llevarán tilde los tiempos verbales riais, veais. Hasta ahora se podía escribir guion-guión, hui-huí, riais-riáis, Sion-Sión, truhan-truhán, fie-fié... La nueva Ortografía considera que en estas palabras son "monosílabas a efectos ortográficos" y que, cualquiera sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin tilde.

Parece que los más perjudicados serán los guiones y las tildes, que no acentos, no es lo mismo. Desaparece la tilde de la o cuando ésta va entre números. 2o3. Ahí pone dos o tres. No doscientos tres. Supongo que después de modificar y estandarizar la ortografía deberán hacer lo mismo con las grafías para que no haya confusiones tan desorbitadas, porque de dos o tres a doscientos tres va mucho.

Los CD y DVD serán así. Tanto en singular como el plural. No serán los CDs. Sino los CD. ¿Porqué añadir a unas siglas de origen anglosajón un indicio de castellanización?

Las 22 academias de la lengua hispana se han puesto de acuerdo para estos cambios que prometen huir de los tecnicismos haciendo su contenido asequible a los 500 millones de hispanohablantes. Así, la nueva 'Ortografía de la lengua española', que está dirigida «al gran público», se presentará en nuestro país entre los días 10 y 13 diciembre.

18/10/10

Inimaginable

(In – que niega, lo contrario. Imaginable – capacidad de algo para ser imaginado).


Por cómo se forma esa palabra, no puede tener un significado real. No puede existir algo inimaginable porque por definición, ni siquiera podemos imaginarlo.

No puedes decir “nada es inimaginable” porque todo lo que conoces es imaginable. Y lo que no conoces es inimaginable. Dime algo que sea inimaginable. Aunque seas capaz de imaginar algo que nadie antes ha imaginado, en el momento que lo imaginas eso deja de ser inimaginable para serlo, por eso no puede existir nada inimaginable. Puestos a imaginar cosas inimaginables podemos pensar en la nada. Sabemos qué es la nada. Pero la nada, como la falta de todo, no lo podemos imaginar. ¿O sí? ¿Puedes imaginar cómo sería un lugar, sin que haya aire, ni tiempo, ni siquiera espacio, es decir nada, absolutamente nada de lo conoces? ¿Puedes imaginar algo así? ¿Cómo sería, blanco o negro? Es realmente inimaginable. ¿Qué hay donde no hay nada? No lo sabes. Y no lo puedes saber.

Por desgracia sí hay algo inimaginable. Pero sólo una cosa. La nada en estado puro.

Esta parra me vino a la cabeza tratando de describirte. Buscando adjetivos. Y todos los que ponía eran pocos. Insignificantes. Hasta que llegó uno que decía muchísimo más: inimaginable.

Que una palabra que por su propio significado no puede existir es la única que te describe.

Lo dice todo y no dice nada. Eres la nada.

Y mientras tanto unas dudas razonables que simplemente son errores imperdonables, sobre lo que es aceptable, sobre lo que resulta agradable, me vienen a la cabeza de forma inmutable. Que eres para mí inalienable, irremplazable. Que lo admirable de ti es que eres incansable, que todo para ti es cuestionable. Que sabes que esto es censurable, porque somos insaciables e incansables, y seguimos aunque sepamos que lo que queremos es inalcanzable. Y es inaguantable aceptarlo, porque implica un sufrimiento considerable. Todo debe ser movimientos impecables, porque un error sería imperdonable. Y aunque el final es inevitable, me asaltan dudas razonables.

15/10/10

La república


La democracia pura y dura se idealiza en la república. Porque bajo este sistema político ningún ciudadano, soltero o casado, viudo o jubilado, se vería en la necesidad de admitir, lo quiera o no, que él también tiene una familia que mantener: la Familia Real.

El debate y el descontento hacia la monarquía surge bajo el hecho de tener unos principios democráticos, que estable la Constitución, en el que todos somos iguales ante la Ley, y en el que a pesar de ello, hay que mantener a una familia que es especial porque tiene un título nobiliario y valor diplomático. Surge, porque si todos somos iguales ante la Ley, no es comprensible cómo hay un Jefe de Estado que no es elegido democráticamente.

La monarquía no es el mayor problema que tiene este país, porque tiene muchos. Puede que ni siquiera sea un problema. No se puede negar la gran importancia que tuvo la figura del Rey durante la Transición, y no se puede negar que la historia de este país se ha escrito principalmente bajo monarquías. La figura del Rey tiene una gran “importancia” en cuestiones diplomáticas y decorativas. Pero es reemplazable. Su homologo sería el Presidente de la República, que tendría la misma función decorativa a diferencia de que éste sería escogido democráticamente y que no habría que mantener a su familia. Aun así existen repúblicas donde esa figura no existe si quiera, porque es bastante inútil y han reparado que así tienen un gasto menos.

Sin embargo a nosotros no nos queda más que estar agradecidos por vivir en un sistema democrático, en el que al menos se nos deja manifestar nuestra aversión hacia ese sistema, que tiene síntomas de ser un hipócrita.

14/10/10

Todo llega cuando tiene que llegar para quien sabe esperar

Sólo me queda una galleta en la caja, y alguien se la come poco a poco. Pero decir “ya basta” y cambiar las cosas sí es un síntoma de cobardía. Hay que dejar las cosas pasar en este galimatías que es la vida, lleno de metáforas e ironías. Que todo llega cuando tiene que llegar para quien sabe esperar.
La impaciencia es un problema. Para mí, para ti, para ella, para él, y para la otra. Y para alguien más, seguro. Un problema que nos lleva a actuar de forma impulsiva, sin pensar. Bueno, pensando sí. Pero sin pararnos a pensar en que estamos pensando. Porque cuando se piensa sobre pensar es cuando las cosas se planifican. Y aunque lo planificado es lo aburrido, también es lo seguro. Y si no sabes lo que quieres es que no hay nada seguro. Y aquí casi nadie sabe lo que quiere. Ni yo, ni tú, ni ella. Ni alguien más, seguro.

Siempre pensé que compartir era algo bonito, algo altruista. Cuando era pequeña y tenía dos caramelos uno se lo daba a mi mejor amigo. Pero cuando veía a otra chica mirar mi caramelo con congoja el sólo pensar que yo ya me había comido uno, me hacía inconscientemente dárselo. Cuando tenía algo de dinero, que era pocas veces, me alegraba de poder invitar a la gente a algo. Cuando alguien constipado moqueaba a mansalva y me pedía un pañuelo, y yo le daba todo el paquete e insistía en que se lo quedara, las “gracias” compensaban las pérdidas con creces y me hacían ganar mucho más que lo que ya no tenía.

Y es que compartir es algo maravilloso. Hasta que creces y te das cuenta de que compartir apesta. Cuando sabes que hay algo que te pertenece porque aunque esté en otra persona forma parte de ti, y alguien se lo come, ….. No sabes ni qué sentir. Alguien se está comiendo mi galleta. Y no soy yo. Y es mía. Porque hay algo de mí en ella. Y compartir apesta y la confianza da asco. ¿Y qué confianza ni qué leches? Aquí nos conocemos, nos queremos y nos comprendemos todos. Y nadie es capaz de decirle a otro lo que siente o lo que quiere.

Ya he dado muchos pasos en este camino bacheado. Me toca pararme a esperar, porque todo, al fin y al cabo, aún está por llegar.

Y esto es, sin duda, un final.

4/10/10

La homosexualidad


El gran problema de la homosexualidad es que todavía no se sabe muy bien qué es y qué la causa. Hay numerosas acepciones. Según el Ministerio de Sanidad es una “enfermedad”. Por ello debe diagnosticarse, se considere o no como trastorno mental. Es decir, a pesar de tener un gobierno socialista que permite el matrimonio gay, considera que somos unos enfermos.

Bueno, la Iglesia Católica lo considera pecado y desde el principio de sus tiempos ha tratado de erradicarla mediante la quema de sodomitas a pesar de considerar que todos somos hijos de Dios. Hoy en día sigue pensando que es una práctica equiparable a la violación, el aborto, la zoofilia, y resto de actos sexuales que no se contemplen dentro del matrimonio heterosexual. Es decir, nos llaman obscenos.

La ciencia. La ciencia es la que trata de buscar razones para este “trastorno”. Primero decía que tenía orígenes genéticos, luego hormonales, luego sociales. Ahora sospechan que puede ser por la presencia de conflictos como 1- la soledad y la tristeza, 2- la falta de autoaceptación, 3- la desconfianza y el miedo, 4- el narcicismo, 5- el excesivo sentido de responsabilidad, 6- el maltrato sexual en la niñez y 7- el enfado excesivo, habiendo pasado por el hecho de tener un progenitor muy guapo, una sobreprotección paternal, etc.

Es decir, eso es lo que pasa cuando se trata de buscar la explicación a algo que no tiene explicación.

¿Y cuál es el verdadero peligro que representa la homosexualidad para la humanidad? Muy sencillo. Al ser un grupo social reducido y discriminado es evidente que tratemos de concienciar a las masas a través de reivindicaciones de derechos políticos. Lo cual es peligroso porque si ascendiéramos puestos en la carrera política y llegáramos a ser líderes en algún país, seguramente impondríamos la homosexualicrácia como sistema político, lo cual representa un grave problema debido a una posible falta de reproducción de la especie.

Sin embargo, como eso no tiene ningún sentido, la pregunta que se hacen las personas que creen que tenemos o que somos un problema es: ¿Porqué hay personas homosexuales?

Yo respondería a esa pregunta con otra pregunta: ¿Algo es bello porque te gusta, o te gusta porque es bello?

En mi caso especificaremos que aquello que me “gusta” son las mujeres en general y una que yo me sé en particular. Y que me gustan no porque sean bellas, (tampoco las estoy llamando feas eh) aunque algunas lo sean y mucho. Entonces es aquí cuando me surge el dilema.. Aparece en mí el problema de no saber distinguir si las veo guapas porque lo son, o porque me gustan. Así me pongo a repasar mi historial de bellezas pasadas y con alguna pienso “Diosssssss, veía peor que Stevie Wonder”. Entonces deduzco que las veía guapas porque me gustaban.

Y aunque esta explicación no sirva para nada, yo he deducido que las chicas me gustan muchísimo. Pero, ¿por qué me gustan?

(Excusando unas cuantas excepciones que conozco), porque en el terreno de lo físico son suaves, delicadas, con curvas preciosas, con un olor dulce y fresco, las manos finas… (no puedo describirlas mejor porque mi propio deseo por ellas me enmudece cuando las tengo en mente). En el campo de lo intelectual son mucho más inteligentes que los hombres, son más difíciles, más frías y lógicas, más retorcidas a la hora de joder al prójimo. Más interesantes en definitiva. Y en el terreno de lo sentimental, somos simplemente, más compatibles, porque nos entendemos mejor.

28/9/10

Mi firma es un mamarracho


Y es verdad. Una línea horizontal, una "ese" chunga, un vago intento de escribir “Prado” a trescientos por hora, y un gran espiral enrevesada. Ah, y dos puntos. Todo eso en apenas cuatro centímetros por dos. Es decir, un garabato horroroso.

Pero por muy espantosa que pueda parecer, la grafología me ha alegrado la existencia al decirme que soy, precisamente, lo que soy:

La ubicación en el papel indica que se manifiesta como una persona reservada y observante.
Según el tamaño de la firma, mediano, tiende a una extraversión moderada.
El predominio de formas curvas, revela gustos estéticos, amabilidad y buenos modos.
El ángulo ascendente indica una buena ambición y deseo de superación.
La velocidad rápida señala agilidad y dinamismo acentuados.
Según la presión de la escritura, posee un temperamento intenso, apasionado.
La rúbrica indica una búsqueda de autenticidad y originalidad, y una mente abstracta, llena de ideas y pensamientos.
Al ser prácticamente ilegible, indica una actitud de desconfianza y precaución en un primer contacto frente a los demás.
La utilización de las mayúsculas en la firma permite deducir que tiene una buena autovaloración y autoimagen.
El predominio del nombre, demuestra un 'Yo' íntimo muy fuerte, y una gran autoaceptación.

Y aunque no sé cómo han acabado sugestionándome para prestarme a tan subjetivo experimento, me ha parecido divertido.

Quien quiera saber qué conclusión obtienen unos psicólogos de tu garabato, que pinche aquí.

26/9/10

El rey ha muerto


El rey ha muerto. Su asesinato fue perfectamente planificado por la reina negra. Aquella que las tropas de infantería temían por su incompasible voracidad. Su leyenda nació ya que le encantaba avanzar hacia su territorio, siempre protegida por la maestría de sus leales consejeros los alfiles, mientras atacaba a los desprevenidos súbditos blancos por la espalda.

Como se supo desde un principio, el difunto rey era un cobarde. Desde que perdió a su esposa sólo trató de protegerse. Incluso cuando tuvo la oportunidad de hacer jaque, retrocedió por miedo. Era su reina era la que llevaba las riendas. La única que acosaba al enemigo, la que abría caminos para sus tropas. Pero un pequeño error causó su muerte.

Exquisitamente elaborada por la malvada reina mora, su trampa fue letal. Tuvo que condenar a una tropa entera de caballería que usó como señuelo al amenazar de muerte al rey cobarde, consciente de que la única capaz de evitar su funesto destino era su homónima católica. Así fue como en un rápido retroceso y consciente de su fatal destino, se sacrificó para salvar su reino a manos de la mora que no vaciló al acabar con su vida.

Así el rey blanco se quedó sin su más preciada estratega, y el camino hacia su perdición había sido trazado. Defendiéndose tras la protección de una de sus murallas usó a la otra para proteger a la que sería su próxima esposa. Sin embargo, enfrascado en ese único pasatiempo descuidó el avance enemigo.

Por ello, con la única ayuda de una tropa de infantería, la reina mora asió al monarca y le obligó a dejar las armas y el futuro de su reino en negras manos.


25/9/10

Bis


Eterna viajera de sueños e ilusiones
Alzaré mi bandera
Para unirnos contra la guerra.

Me verás caer
Una y mil veces,
Y levantarme de nuevo.

Entre la soledad y la sombra
Aprender a ser invisible
Para poder ser libre.

Un as de picas,
Una reina de corazones:
Una lucha a fría lógica y cálida pasión.

Ahora huye y corre,
Vete lejos,
Pero llévame a tu lado.

Tu silencio arrastra el viento
Que en susurros grita
Versos vacíos
Porque he aquí
Mi última poesía

22/9/10

Tankas y Haikus


Esta mañana
al verte
una pizca de eternidad
se ha posado
en un segundo.


Despertarme a tu lado
levantarme asombrada
en lamentable estado
la cama
ha quedado.


Un amigo
unos dias no viene,
otros, viene dos.


Puntos suspensivos,
suspendidos en el aire
suspensos en el tiempo.


El cielo encapotado
de color plateado
lleno de agua.

15/9/10

El Cuarto Poder

Quien maneja la información, controla la situación

Desde siempre, la información ha sido un instrumento de poder. Un elemento de manipulación capaz de atraer la atención e influir en la opinión. Tras el poder ejecutivo, legislativo y judicial está el Cuarto Poder, que tiene como objetico trasladar la información de unos cuantos privilegiados a toda la sociedad.

La de periodista es por eso, una de las profesiones más respetadas. Ya sea para prensa, radio, televisión o medios digitales, el trabajo de un periodista consiste en investigar y transmitir temas de interés público. Para ello deben utilizar fuentes fiables y verificables para respetar siempre la verdad y redactar la información de manera breve, relevante y precisa en el menor tiempo posible cubriendo así las necesidades de la sociedad.

Sin embargo pocas veces está realmente bien valorado el trabajo que ejercen los periodistas. Lo suyo es un aprendizaje constante, un trabajo de producción durísimo para trasmitir cualquier información de una forma imparcial, un trabajo en ocasiones arriesgado por querer comunicar en el lugar de lo ocurrido. Jornadas sin descanso, investigación ardua. Quizá todo eso para veinte segundos en televisión, o una noticia de 300 palabras en el periódico. Que quizá nadie lea. Pero por informar que no quede. En un cuarto plano ofrecemos un servicio muy valioso. Un servicio al que estamos tan acostumbrados que no nos asombra. Hace años eso era impensable. En muchos países sigue siendo impensable.

Las aptitudes que deben tener los periodistas son iniciativa y entusiasmo en primer lugar. Requisitos fundamentales pues es necesario tener claro a dónde se quiere llegar y por supuesto, tener la motivación para hacerlo. Hay que ser astuto y hábil, inteligente y analítico. Con un buen conocimiento del lenguaje, para comunicar de una forma clara y concisa, pero en ocasiones para transmitir también emociones, descripciones y acciones recreando la realidad de la manera más vívida posible.

Es vital tener una actitud crítica y una visión no soñadora de la profesión. Esto es así porque no se puede pretender ser el gran periodista que descubre todas las tramas, que consigue todas las declaraciones, y que viaja y vive todo lo importante; del mismo modo que no hay que ser crédulos y vagos, copiando y callando en ruedas de prensa, evitar ser cínicos para no convertirse en un personaje de entretenimiento. No hay que venderse a la demanda del espectáculo.

Periodista es una profesión de riesgo en algunos países

Los periodistas de guerra que se juegan la vida entre bombas y balas, no sólo sufren la guerra como espectadores, ya que en innumerables ocasiones aparece en ellos el conflicto entre si permanecer distante o involucrarse y ayudar. Estos conflictos les producen profundas depresiones y trastornos que pueden acabar con el suicidio. También es una profesión de riesgo en aquellos lugares en los que la investigación puede sacar a la luz verdades incómodas para los grupos de poder. En esos casos, la vida de los periodistas, como ya ha ocurrido, puede verse realmente amenazada.

29/8/10

Mafalda

Mafalda tan solo tiene seis años. Una niña como otra cualquiera, pero diferente a todas ellas. Es curiosa, intrépida, inquieta e irónica. Pero no deja de ser una niña, y por eso sus comentarios e ideas son sencillos, haciéndonos ver de una forma muy divertida, su forma de ver las cosas.
Sus pensamientos suelen reflejar la idealización del progresismo, por eso es rebelde y crítica en cuanto a la situación del mundo. Sin embargo también le encanta filosofar acerca de las cosas más cotidianas ofreciéndonos un punto de vista al que no estamos acostumbrados: sensible y entrañable hacia lo que consideramos superficial.
Ella pensaba que el mundo en los años sesenta no iba por buen camino. Los derechos humanos, la paz, la libertad y la situación de la mujer eran las cosas que más le preocupan. Por eso necesita estar conectada al mundo escuchando la radio y conociendo que ocurre en él. Se siente inconforme con la humanidad y decepcionada por la actitud pasiva de la gente. De manera que su ambición es estudiar una carrera universitaria para ser traductora y trabajar en las Naciones Unidas ayudando a conseguir la paz.
Sus amigos son casi tan especiales como ella, y cada uno sin dejar de ser niños, representa una manera de pensar de la sociedad:
En la pequeña Libertad (su diminuta estatura es un guiño político), las ideas revolucionarias e inconformistas son más fuertes que en la propia Mafalda, sin embargo ésta es más realista. Las conversaciones entre las dos amigas son siempre profundas y críticas hacia la política y vehementes hacia la sociedad. Pero siempre son divertidas e irónicas.
Miguelito es el más joven e inocente de todos ellos y quizá por eso es también el más egocéntrico. Es soñador y filosófico con preguntas tales como "¿Cómo se las ingeniará el tiempo para doblar las esquinas de los relojes cuadrados?"
Guille, el hermano menor de Mafalda, apenas sabe hablar, pero sus contribuciones en las viñetas suelen ser trascendentales, como cuando le gritó a una nube por tener la mala educación de taparle el sol.
Felipe, un año mayor que todos los demás, está siempre agobiado por sus tareas escolares. Es un tanto vago y distante y por eso es mucho más conformista en cuanto a lo que le rodea.
Manolito representa las ideas capitalistas. Está obsesionado con ganar mucho dinero y ser un empresario importante incluso si para ello es necesario engañar al consumidor o emplear con malas condiciones laborales. Es autocrático e inmutable y suele mirar con desdén las ideas progresistas de Mafalda.
La máxima aspiración de Susanita es ser casarse y ser madre de muchos niños. Por tanto su papel es el de mujer como la típica ama de casa, sin estudios y cotilla. También es racista, despectiva hacia los pobres y conformista respecto a todo.
Burocracia es la mascota de Mafalda. Merece la pena nombrarla por ser otro guiño político, ya que representa la lentitud que tiene para todo.
Mafalda es tan entrañable que casi es real pero sobretodo destaca por ser más humana que muchas personas. Desde que se creó hasta hoy día ha enseñado a generaciones a no ver las cosas como nos las cuentan, desde lo lejos, sino a reflexionar sobre ellas y sentir la necesidad de hacer algo al respecto. Se ha convertido en un icono del progresismo, de la disconformidad y de la búsqueda de la paz, la libertad y los derechos humanos. Y todo desde un punto de vista ameno y divertido.

22/8/10

El Camino de Santiago


Verde. Árboles por todas partes. Robles. Pinos. Eucaliptos. Hayas. Hiedra trepando por los troncos. Helechos bajo el cielo encapotado de ramas y hojas. Y agua. Riachuelos. Ríos. Fuentes. Y los correspondientes puentes. De piedra enmohecida y cubierta de musgo.


El camino transcurre durante su mayor parte por bosques. Por tanto casi no se ve el sol. Y por eso hace frío. Incluso cuando no llueve. Porque cuando llueve, llueve. Pero también es cierto que tiene sus partes “feas”. Las que transcurren al lado de la carretera. Donde no hay árboles. Y el sol hace meya. Menos mal que Santiago de Compostela está al oeste, y si se camina durante la mañana (como debe de ser) el sol siempre queda a la espalda. Luego vuelve el bosque. A veces con enormes praderas verdísimas con vacas pardas pastando. Luego una cuesta arriba larguísima. Y luego caminas en plano, y después otra cuesta arriba. En Galicia no todo lo que sube baja. Pero después de tanto andar, y tantas subidas, cuando llega una cuesta abajo no sabes que es peor. Si subir o bajar. A tus piernas les duele todo. Y los pies piensan que incluso descalzos sobre el pedregoso camino irían más cómodos. Pero toca seguir. Sí, porque si llegas más tarde de la una del mediodía al albergue, éste ya está completo. Y toca andar, andar y andar otros interminables cinco kilómetros hasta el próximo albergue que seguramente ya estará lleno también.


Pero se llega. Enormemente cansado y muerto de hambre, con las piernas temblando del dolor y la espalda hecha un higo por las contracturas surgidas de llevar la mochila, te toca esperar a que el encargado del albergue rellene la ficha con tus datos y te selle la credencial. Diez minutos. Un auténtico suplicio. Pero luego llegas a tu litera, dependiendo del albergue, será una litera preciosa, de madera, la cama ancha, el colchón no demasiado desgastado, el baño limpio y cómodo, o será una cama de metal, que chirria si te mueves, que tiembla todo si el de abajo se rasca una oreja, con el colchón tan sucio que prefieres dormir con las vacas, con el baño tan “publico” que no existe la intimidad, y tan concurrido que te toca esperar y esperar, y cuando por fin puedes entrar casi te arrepientes de haberlo hecho. Pero aun con todo eso, qué bien se duerme. Si llevas tapones para los oídos y no te despiertan los ronquidos de nadie, duermes del tirón. Es lo que tiene estar tan cansado. Lo malo es que toca madrugar. La mayor parte de la gente (los que acaban las etapas, unos 25 Km. De media) se levantan a las cuatro de la mañana. Recogen en sumo silencio y oscuridad y se marchan para no ver el paisaje y tropezarse con todas las piedras. El resto se levantan a las seis. Los que no tienen prisas y prefieren disfrutar más el camino. Ya puedes hacer ruido porque no hay nadie más. El aseo da un poco de asco, pero qué más da. Te desayunas medio bar y a caminar. Más bosques, más ríos. Más cacas de vacas de caballos y vacas. En vez del Camino de Santiago parece el Camino de la Caca de Vaca. Porque muchas de ellas se pasean por las calles de los pueblos. Los pueblos que son de tres casas. Contadas. Por tanto hay cerca de 50 minipueblos en los últimos cien kilómetros. Luego están Sarria, Portomarín, Palas de Rei y Arzúa que son más grandes. Donde se puede encontrar (tan sólo por las calles ya sean grandes o pequeñas, por las que pasa el Camino) todo lo necesario para el peregrino. La Cruz Roja, el estanco, la farmacia, el banco, el Mercadona, bares, albergues y tiendas de suvenires a mansalva. Si dejas de ver algo de todo eso sabes que te has perdido. Le preguntas a alguien. Sabes que te ha respondido en castellano porque has entendido “flecha amarilla”, pero tiene un acento gallego tan arraigado que no has pillado nada más. Pero bueno, tarde o temprano ves una flecha amarilla, “yellow arrow?” preguntan los ingleses. Y la sigues. Sales del pueblo y otra vez bosque. Andar. Caminar. Y parada técnica. En las paradas técnicas, que normalmente es detrás de un muro, una casa de piedra o un bosque muy frondoso, la gente o repuesta combustible, o depone desperdicios. Por eso no hay que adentrarse demasiado en esos sitios. No sabes lo que te puedes encontrar. A veces, cuando pasas detrás de un gran árbol oyes un suspiro. Eso es que hay alguien detrás descansando. Y en el suelo si algo no falta son los papelillos del Compeed Ampollas. Casi que te puedes guiar por eso en vez de por las flechas amarillas.
Los mojones. Cada medio kilometro uno. Indican cuanto falta para llegar a Santiago. El primero que vi fue el de 111,5 km. El del km 100 está hecho una pena. Todo el mundo deja un pequeño mensaje escrito. Y una piedra encima. Otro que alegra la vista encontrar es que indica que has dejado la provincia de Lugo para entrar en A Coruña. Hay cola para hacerse una foto en ese mojón. Pero durante el Camino se ven muchas más cosas curiosas. La gente deja camisetas, zapatos, gafas, mensajes, cartas, en cualquier parte. A veces ves una placa conmemorativa a alguien que murió haciendo el camino. Normal. Si vierais como pasan los que hacen el camino en bicicleta piensas que tarde o temprano se matan todos. O se quedan al final de una cuesta abajo pegados a las zarzas. Van escopetados gritando “bici” o “derecha” o tocan el timbre y cuando pasan dicen “Buen camino” y tú gritas “Buen camino”. Ese el saludo de todos los peregrinos. Cada vez que alguien te adelanta o cuando tú pasas a alguien siempre hay que decir eso. Y todos sonríen. La gente es increíblemente simpática. Algunos alemanes dicen “buen viaje” en vez de “camino”. Alguien les habrá tomado el pelo. En el camino puede se distinguir claramente de qué país o comunidad son todos. Porque los catalanes hablan en catalán, los murcianos hablan a gritos, los madrileños tienen mucha prisa, los andaluces no acaban las palabras, cuando vas a hablar con un italiano y le preguntas en inglés dicen “we don’t speak americano”, los ingleses buscan el sol en los bares y dicen cosas raras como "apple?" señalado el cielo (miro para arriba y digo "yes, apple tree" será que tenían hambre), los alemanes llevan la bandera alemana en alguna parte, etc. Y con quien te cruzas en el camino, te cruzas y te vuelves a cruzar. Porque te adelantan, pero luego se paran a descansar y los pasas. Pero todos vamos a parar al mismo albergue. Ellos salen a las cuatro, nosotros a las seis, pero te los encuentras en la misma pulpería de Melide comiendo su famoso y riquísimo pulpo. Salimos después pero los vemos haciéndose fotos con una vaca o en un mojón y los adelantamos. Y al final del Camino, allí en Santiago estamos todos en la misma cola, de unas doscientas personas, esperando para que nos den la Compostela o esperando para dejar las mochilas, o esperando para abrazar al Santo, o esperando para coger el autobús. Generalmente no cruzas con ningún extranjero, por el tema del idioma, más que cuatro frases en un pésimo inglés, pero los ves tantas veces, y has pasado tantas cosas con ellos, que es como si los conocieras de toda la vida. Con los españoles se habla más. Te cuentan siempre lo mismo, de dónde son, de dónde salieron, qué les duele, qué les gusta del Camino, qué tal el albergue donde durmieron anoche y después el famoso “buen camino”. Algunos del cansancio o de tanto decirlo ya sólo dicen “bamino”. Pero se les entiende. A los extranjeros se les pregunta “where are you from?” “Germany”, me dijo una chica que parecía un anuncio de chocolate suizo. Rubia, con dos trenzas, rosa y alargada. Pero muy simpática. Durmió a mi lado. Nunca había dormido con tanta gente distinta. La primera noche con un checoslovaco muy hippie, la segunda con niño de unos ocho años tonto perdido que no paraba de encender su linternita azul, luego con una canaria muy simpática que no tuvo ningún reparo en contarme su vida en pelotas después de ducharse. Y mucha más gente. De todas las edades, ciudadanías y condiciones. Había una pareja que tenía dos hijos gemelos de pocos meses, y que no sólo cargaban con sus mochilas si no que empujaban los carricoches. Había un joven alemán, que podía andar pero muy a duras penas y que iba en silla de ruedas. Ese se gana el cielo seguro. Hay de todo. Menos masajistas. Un podólogo se hacía de oro si montara una consulta en medio del bosque. La verdad es que otra forma para cerciorarte de que estás llegando a Santiago es que cada vez ves más gente cojeando. Más gente con vendajes. Más gente con dos palos. Más gente descansando.


El Camino de Santiago, Itinerario Cultural Europeo, es sin duda una de las principales fuentes de ingresos para la Comunidad de Galicia. Miles de turistas cada año andan mínimo cien kilómetros para poder ver la catedral. Llegan más turistas andando que en coche, avión o tren juntos. Y la verdad, es que merece la pena. Los paisajes son preciosos, la gente y la convivencia con ellos son dignos de reconocimiento. La experiencia es única y las ganas de volver aparecen nada más marcharse. Porque ver la catedral en la plaza Do Obradoiro, se experimenta una sensación de objetivo cumplido y de realización personal emocionante. Porque llegar merece un esfuerzo estoico. Porque los pies no van a olvidarlo fácilmente. Hay quien sólo tiene ampollas, pero otros tienen esguinces, o tendinitis, o han perdidos varias uñas o les han puesto un par de puntos. Y al llegar, si haces no se qué cosillas religiosas, obtienes la indulgencia plenaria. Si no las haces pero tienes la Compostela se te perdonan los pecados. Pero si vuelves a pecar (como yo) aunque no vayas de cabeza al cielo, te aseguras de que tus pies, al menos, si irán.


10/8/10

El camino del amor


Esa estúpida piedra llamada amor. No siempre es la misma, no. Porque la primera con la que tropezaste era pequeñita. Estaba muy en medio y como no la viste fuiste directa a ella. Pero la segunda es un pedrusco enorme. Que viste de lejos. Que te preparaste para esquivar. Y que al acercarte te diste cuenta de que ocupaba todo tu camino. Que no podías escapar. Y que del porrazo que te diste contra suelo te quedaste tonta y volviste a pensar que el amor era maravilloso.

Ese delicioso veneno que emana de sus besos y te emponzoña el corazón. Eso es el amor. Un veneno que hace de sus ojos unos soles, de su piel un paraíso, de sus labios un sueño. Un veneno que te contamina los sentidos. Te hace ver los días más azules y las noches más estrelladas. Hace que oigas sólo lo que quieres escuchar, que sientas felicidad y que vivas una ilusión.

Una triste ilusión de felicidad que hace que te engañes. Y que te odies. Te odias por pensar que es perfecta aún cuando conoces todos sus defectos. Te odias por ser tan ingenua de pensar que esa persona siente lo mismo por ti. Te odias por sentirte una inútil incapaz de pedirle que deje de hacerte daño. Te odias porque sabes que sólo quieres hacerla sonreír.

Pero acabas levantándote. Y el veneno desaparece de tus venas. Ahora te sientes gorda y más fea. También más lerda y que cojeas. Pero son sólo los efectos secundarios. Al final tu autoestima se repone y sigues tu camino. Y ya no hay piedras. Es todo una hermosa pradera de yerba fresca a tus pies. Y piensas, “joder, no me habré suicidado, ¿no?” Pero no, es sólo que ves las cosas de otra forma. Más fácil, más claro. Porque ahora eres más inteligente. Y andabas feliz cuando, ¡ZAS!* Esa piedra no la has visto por los estúpidos yerbajos.

*(ZAS = Zopenca Asquerosa Subnormal)

29/7/10

Soledad


Que maja ella. Siempre está conmigo. Menos cuando me miro en el espejo. Entones se va. Será que es muy fea y no le gusta su cara. Lo mismo por eso es tan maja, si no fuera tan fea seguramente se dejaría ver. También se va cuando viene alguien. Le tendrá miedo a la gente o algo así. Sólo me soporta mi. Y yo a ella, claro.

Pero me hace compañía cuando estoy sola. Siempre está ahí, a mi alrededor. Dando vueltas por la habitación, toqueteando mis cosas. Y haciendo preguntas estúpidas en plan “con el buen día que hace hoy, ¿porqué no salimos a tomar algo?” Y yo intentando no ser borde y herir sus sentimientos le digo simplemente “¿para que luego te vayas y me dejes sola?”. Entonces se calla. Se sienta a mi lado, muy cerca. Me mira fijamente atenta a todo lo que hago y no me deja concentrarme. La muy pesada. Me cansa, es maja, pero a veces me cansa. Le digo que pare de hacer eso. Pero es muy cabezota. Y nada. Sigue ahí impasible, metiéndome en la cabeza la idea de irme a otra parte. Donde deje de observarme. Y como me da miedo cabrearme con ella, por si se marchara y me dejara para siempre, simplemente me voy a otra parte. Donde haya alguien, para que no esté ella. Pero al final siempre la echo de menos y voy a buscarla. Es difícil encontrarla porque se oculta en los rincones más alejados y oscuros. Soledad siempre se aparta de todo. Y acaba apartándome a mí también. Con ella, sí, pero aparte.

16/7/10

Like a fish in the water



He descubierto que debajo del agua los pájaros no cantan, y el viento no se oye. Que no se siente el sol y se huelen las flores. Debajo del agua sólo hay humedad, dónde todo se ve borroso y se oye distorsionado. Bajo el agua hace frío. Se siente angustia y cansancio muy rápido. En medio de una gran masa de agua te sientes solo y perdido, lejano y olvidado.

Debe de ser una sensación muy parecida a la muerte natural. Aunque si alguien muere ahogado también debe sentir eso. Aun así dicen que el agua es sinónimo de vida. Allí dónde no hay no puede haberla. Porque dos átomos de hidrógeno y uno de oxigeno unidos mediante un enlace simple, nos une a la vida. Porque resulta que esos elementos, gases en estado natural, nos los podemos beber. Y circulan por nuestras venas y forman nuestras células. Crecen árboles cerca del agua y siempre gracias a ella. Y esos árboles atraen la lluvia, respiran y expiran oxígeno, oxígeno que nos da la vida.

Desviándome del tema os comentaba eso último. Pero os decía que he descubierto lo que pasa debajo del agua. Y eso me ha hecho darme cuenta de que no somos animales acuáticos. Un gran descubrimiento. El agua no está hecha para que vivamos en ella. Y nos lo dice de muchas maneras, arrugándonos la piel de los dedos y haciéndonos sentir todo lo de antes. Pero no todas las sensaciones son malas. Porque hay una realmente sobrecogedora y difícil de describir. Esa que se experimenta cuando sumerges la cara en agua fresca y limpia. La que estremece cuando te sientes flotar. Cuando buceas e imaginas cómo debe ser volar.

Si nosotros podemos disfrutar tanto con algo que no está hecho para nosotros, ¿cómo debe sentirse un pez en el agua? ¿Y un pájaro en el aire? ¿Y un árbol con sus raíces en la tierra, o un topo en su madriguera?

¿Cómo podemos contaminar aire, tierra y agua, si no son nuestra casa y no nos pertenecen?

8/7/10

Los perros


A los memos de mis vecinos no les gustan los perros. Ni siquiera los míos, que son dos simpáticos chihuahuas que lo único que hacen es corretear e ir a saludar a todos los que ven. Pero bueno, para gustos… Aunque lo malo no es que a los memos de mis vecinos no les gusten los perros, si no que están educando a los especiales de sus hijos, de tres años, con miedo hacia ellos. Que cuando coinciden los memos, los especiales y los chihuahuas en la plaza, los memos espantan a patadas a los pobres animales y suben a los especiales encima de los bancos por si el perro se atreviera a olisquearlos.
Cuando yo contemplo esa escena experimento varias sensaciones. Primero me dan ganas de darles una patada en el culo a los memos de mis vecinos por atreverse a hacer daño a mis perros, después me dan ganas de seguir dándoles patadas por ser unos estúpidos ignorantes que no saben educar a los niños. Y después me da por reflexionar. Y esto es lo que pienso:

Comprobado que existen personas a las que no les gustan los perros me atrevo a afirmar que seguramente éstas nunca contaron con la compañía de un perro cuando eran pequeños. O quizá sí quisieron tener perros pero sus padres no se lo permitieron o les educaron con temor hacia ellos. Porque si no, de verdad que no entiendo a las personas que se comportan así.

¿Cuál es la diferencia entre un perro y un gato? Pues hay quien cree que los perros piensan: los humanos son benevolentes, me alimentan, me cuidan, asique deben de ser Dios. Mientras que los gatos pensarían: los humanos son benevolentes, me alimentan, me cuidan, asique debo de ser Dios.

Nada más lejos de la realidad esa frase dice mucho de los perros, ya que son seres muy agradecidos. Porque sólo por cuidarlos ellos te recompensan con su compañía, su incondicional amistad, su alegría cuando te ve, su protección si te ve en peligro o triste, su felicidad, dinamismo y ganas de jugar. Y aunque pienses que los padres, los hermanos o los amigos también pueden aportarte eso, te equivocas. Porque las personas pueden cabrearse y alejarse, mientras que el perro volverá cabizbajo, triste, y arrepentido te lamerá las manos tratando de pedir disculpas por aquello que haya hecho mal.

Porque sólo con ver la cara que ponen cuando les rascas por detrás de las orejas, o lo contentos que se están después de bañarlos, o cómo disfrutan con el césped, te das cuenta de que son más humanos que muchas personas. Y a veces, cuando les miras a los ojos y casi puedes adivinar lo que piensan, te das cuenta de que ni siquiera les falta hablar.

7/6/10

Los colores


Seré yo, que soy rara, porque los colores me gustan tanto que soy capaz de verlos hasta donde no los hay… Pero seguramente no soy la única…. Porque sé que hay quien lo ve todo negro, o quien ve la vida de color rosa, que hay a quien se pone verde, quien se queda en blanco, que hay príncipes azules, y personas grises. Y también sé que no hace falta explicar qué significado tiene cada uno de esos colores.

Y esto no hace sino denotar la gran importancia que tienen los colores en las personas. No solo desde el punto de vista de la propia vista, porque ver es una condición indispensable para disfrutar de los colores, si no desde una perspectiva emocional.

Porque el cromatismo representa la diversidad, lo alegre, y lo vivo. Allí donde no hay color es un lugar frío y apagado. Curiosamente insípido. Porque los colores condicionan, transmiten, comunican, nos identifican y nos ayuda a conocernos.

Y repito otra vez que soy especialmente en rara en esto, porque me fascinan tanto que veo a las personas de colores. Para mí, conocer a una persona es verla de un color, o de la combinación entre unos cuantos. Es verla más allá de lo físico. Ver lo que no se ve pero está ahí. El aura ese que dicen. Ese que en mí es verde pistacho y violeta. Con un poco de gris. Sí, porque soy rara, pasota pero nerviosa, sentimental y un poco melancólica y solitaria. Entre otras muchas cosas.

Pero qué soy yo, un bicho verde, comparada con un príncipe azul. O sin el príncipe, pero azul. Alguien con un gran temple, amable, inteligente, en quien se puede confiar. Pero eso sí, un poco frío y distante, que de celeste puede pasar a azul oscuro casi negro.

Y no hay que confiarse porque si lo que quieres es un sol de persona, hay que alejarse precisamente de los amarillos. Que son alegres sí, pero calculadores, estresantes, egoístas y presumidos. Como los rojos, tan absolutamente sensibles y sentimentales que son impulsivos y hasta agresivos.

Hay quien podría pensar que el blanco es la mejor personalidad, que es sinónimo de paz, pureza, y pulcritud. Pero lo es tanto que le falta algo. Y ese algo es precisamente personalidad, están un poco vacíos. Y sin embargo el negro, que se relaciona con lo oscuro, el dolor, lo triste, la desesperación, es además, un color fuerte, misterioso y con mucho estilo.

Pero hay tantísimos colores, y combinaciones… tanto que apreciar y observar sin ver, que se hace imposible describir lo que todos juntos representan. Que hasta la música se puede ver si se asocia con colores…

31/5/10

¿Por qué el horóscopo siempre parece que tenga razón?


Penny – Soy Sagitario, que probablemente diga de mí mucho más de lo que necesitáis saber.

Sheldon – Sí, nos dice que participas en el delirio cultural en masa de que la aparente posición relativa del sol, los planetas y constelaciones arbitrariamente definidas a la hora de tu nacimiento de algún modo afecta tu personalidad.

Mítica frase de Sheldon Cooper, personaje de la serie The Big Bang Theory. Y es que, como todo el mundo sabe, Sheldon es una persona muy inteligente. Y esta vez no iba a ser menos, y no se ha equivocado. Lo de los horóscopos es una tontería. ¿Pero no es cierto que muchas veces parece que lo que nos dice lleva razón?

Mi horóscopo para hoy de dos periódicos diferentes citan:

- No debe preocuparse tanto porque los asuntos no progresen como quisiera. En cambio, tiene la oportunidad de allanar y preparar el camino.

- La familia le va a tener preocupado y bastante pendiente de ella. No es una buena ocasión para derrochar su dinero. Laboralmente, tendrá que tomar decisiones trascendentales. Yoga para mejorar cuerpo y mente.

Y claro, después de leer eso nos damos cuenta de porqué parece que acierten. ¡Si es que no se podría decir menos con tantas palabras! ¿Qué significa que tengo la oportunidad de allanar y preparar el camino? ¿Qué tengo que estudiar ingeniería de caminos? ¿Qué tengo que salir a pasear? ¿O que cómo no soy capaz de descifrar es que me espera un oscuro futuro? Con una predicción tan abierta las posibilidades de que en algún aspecto se parezca a mi vida son bastantes. Porque, ¿cómo no me voy a preocupar si las cosas no me salen como quiero? Es lógico, porque si no, ¿qué estoy haciendo con mi vida? Bueno, menos mal que me ha dicho que no me preocupe demasiado, porque che, ha sido recordarme que las cosas no me salen como quiero y ya me he preocupado.

Bueno y bueno, y el que haya hecho la otra predicción se merece que le tiren una bola de cristal a la cabeza. La familia. La familia es un tema muy recurrente sí, porque siempre está ahí y todos tenemos familia. Y entonces claro, suponer que todos van a estar como unas rosas es un poco difícil, así que ya me ha preocupado. Pero si la primera predicción ya era una tontería, esta lo es todavía más, porque deducir que en tiempos de crisis no hay que derrochar el dinero es algo que a mí jamás se me habría ocurrido. Menos mal que como me dice que laboralmente tengo que tomar decisiones, es porque al menos tengo trabajo. Y por último, yoga. Pero, ¿no me ha dicho antes que no derroche el dinero? ¿Por qué me dice eso si con salir a correr un poco todos los días también mejoro el cuerpo y la mente?...

Pero bueno, el horóscopo no sólo se refiere a las predicciones, sino también a los rasgos característicos de las personalidades. Hace poco leí un libro sobre eso y me enteré básicamente que, al ser Libra, soy una persona tímida e indecisa, y que mi “compañero ideal” es un Aries o un Sagitario. Y yo me pregunto, ¿si soy tan indecisa cómo voy a elegir entre uno de los dos? Deberían haberme puesto sólo una opción che. Y lo peor no es eso, es que resulta que yo no soy la mejor opción para ninguno de esos dos. Entonces, ¿si soy tímida cómo voy a conseguir a cualquiera de estos? Lo cierto es que ha ese ha sido el libro más deprimente que he leído.

4/5/10

La muerte


Es el fin y la culminación de la vida. El maravilloso final que como síntoma inequívoco confirma que se ha vivido. Algo que solo les ocurre a los demás. Algo que siempre y sólo, sufren los demás…los ataúdes con frecuencia, entierran más de un corazón. La muerte no es más que una carga para los vivos. Más dura de asumir que de padecer. Que se teme en la medida que se aprecia la vida… se vive en la medida que se teme a la muerte. Es el único remedio para todos los males. Es el yang de la vida sobre el que giran las religiones. Cobardes que inventan paraísos de vida eterna, llenos de ignorantes que sufren un miedo constante. La muerte puede ser una sorpresa, un regalo tal y como lo es la vida. La vida sólo es una sucesión de ocasiones para sobrevivir a la muerte. La muerte es el arte del dramatismo. A la que se asocia todo lo malo de la vida. Siendo la muerte necesaria para querer vivir, porque hay quien empieza a morir nada más nacer.

25/4/10

Humo


Primero veo a alguien fumando, en el cine o en la realidad, luego veo un cigarro apagado en un cenicero, después miro el reloj y veo que tengo tiempo, que me puedo sentar a liarme un cigarro, y eso es más de lo que puedo soportar. Pienso en qué más puedo ocupar mi tiempo cuando puedo estar fumando tranquilamente, relajándome. Mi pulso se acelera. Mi respiración se vuelve más agitada. Empiezo a sentirme incómoda, tengo que moverme. Volver a ver a alguien fumando ya es una tortura. Tener un cigarro en la mano y no poderlo encender me produce ansiedad. Me pongo de mal humor. No me concentro en nada más. Tengo que fumar.

Ya soy adicta. Al principio se fuma por hacer algo, en vez de sacarte mocos, pues te enciendes un cigarro. Sientes que te mareas, que tienes náuseas, vértigo, te encuentras mal. Pero esa mala sensación se te olvida cuando vuelves a ver alguien fumando y piensas, ¿porqué no una calada? Pero de calada en calada al final te acostumbras y te haces adicto a la sensación de calmar una ansiedad psicológica.

Ahora la sensación es bien distinta. Fumar me gusta. Si lo pienso bien resulta que me gusta tener que salir a fuera cuando estoy en algún sitio, sea verano o invierno, nieve o haga tanto calor que el cigarro se encienda solo. Me gusta sentarme, liarme tranquilamente un cigarro y fumarlo disfrutando las caladas al tiempo que molesto a los no fumadores que hay a mi alrededor, quemo el dinero, malgasto mi salud, y mi tiempo.

Aspirar con el cigarro entre los labios. Tragar el humo y soltarlo relajada, puesto que la nicotina a través de los pulmones ha pasado al torrente sanguíneo proporcionándome una sensación de euforia que calma mi ansiedad.

Miro a mi alrededor y veo a personas tranquilas, relajadas. Personas que no fuman y no quieren hacerlo. Yo tengo que hacerlo para estar así. Ya no sé si es que me gusta fumar o me gusta estar relajada. Lo cierto que me gustaría poder correr como corría antes, oler y degustar como lo hacía antes, que mi piel no se desgastara, que mi aliento y mi ropa no oliera mal, que mis dientes no se volvieran amarillos poco a poco, me gustaría no tener más posibilidades de contraer enfermedades pulmonares o cáncer y de sufrir un ataque cardiaco que las demás personas.

Me hayo en una contradicción puesto aunque me gustaría no fumar, me gusta fumar. Sin embargo quiero demostrar que soy más fuerte que la nicotina, que mi voluntad está por encima del vicio a esa droga legal.

11/4/10

Por amor al arte


El arte es la más elevada manifestación de nuestro desarrollo intelectual, eternizando al hombre por medio de su obra, transmitiendo a la posteridad su nombre. Su fin máximo es la transmisión de sentimientos o ideas, los cuales, si llegan a ser comprendidos por el espectador, serán retenidos por estos siempre. La gran dificultad del arte consiste en que exige el don de la creatividad, cualidad que se escapa de la ciencia y que depende enteramente de la sensibilidad creativa del autor y de la sensibilidad receptiva del que observa. Por ello, cada creación artística es única en el mundo. Todo lo que ha creado el hombre se considera arte, pero hay disciplinas en las que este concepto está más arraigado. La literatura es el arte que utiliza como instrumento la palabra. La música es la poesía del sonido. La pintura es el arte imitando el mundo. La fotografía es el mundo imitando al arte.

El arte puede llegar a nosotros a través de cualquiera de los cinco sentidos. Por medio de la vista no solo podemos maravillarnos con la pintura y escultura, sino también con la arquitectura, u observar obras andantes al percatarnos de que el maquillaje, el vestuario, la peluquería, los tatuajes y piercings, hacen únicos a quienes los llevan; las artes gráficas, que no abarcan solo la literatura, la fotografía y el dibujo, sino cualquiera que implica un proceso de impresión, como el grabado, el cartelismo, los cómics, etc;

Otros regalos para la vista los aporta la cinematografía o las artes escénicas como el teatro o la danza. Pero el arte se puede apreciar además por medio del oído gracias a las artes musicales, desde la ópera al heavy metal. Y también podemos deleitarnos con las obras literarias, la narrativa, la poesía, en oratoria o leída. Y por supuesto podemos saborear el arte por medio de la gastronomía y olerlo a través de la perfumería, de sentirlo a través de la pirotecnia. Podemos rodearnos y saciarnos de arte, podemos quedarnos maravillados contemplando el mundo que nos rodea, la belleza que observaremos si nos detenemos a mirar, escuchar, oler, sentir, y degustar. Y la belleza será subjetiva, pero también lo es el arte. Y si no te gusta lo artificial, lo creado por el hombre, siempre podrás admirar la belleza de lo natural y lo simple. Una semilla brotar, una gota caer o un pájaro volar. Es arte si transmite algo a quien observa. El mundo estaría vacío y sin sentido si no existiera. Lo que está claro es que no hay palabras, imágenes, canciones o cosa capaz de definir lo que es y lo que inspira.

24/3/10

El futuro ya no es lo que era - El futuro del pasado


Hace tiempo que no escribo aquí. Pero lo cierto es que ni aquí ni allá ni en ningún lado. Será que voy por épocas y la época de escribir varias veces al mes ya ha pasado. O es que no encuentro inspiración.

Es curioso que cuando decido empezar a escribir algo para subirlo aquí ese algo no es un tema que me haya estado comiendo la cabeza un tiempo, o que sea una inquietud o algo que necesite decir o expresar de alguna forma. La verdad es que no. La verdad es que cuando decido escribir algo es porque hay otra cosa que me mueve hacerlo. Normalmente son fotos o dibujos. Para cada entrada subo una foto y muchas veces es ella misma la que me ha hecho escribir algo para acompañarla. Otras veces es una palabra o una frase que me ha llamado la atención. En otras una canción que me inspira un estado de ánimo y me hace escribir sobre eso, etc.

Y ahora mismo no es que me falten dibujos o fotos, no. Porque los colecciono y tengo miles. Igual que canciones, tengo a puñados. E igual que palabras y frases que dicen mucho con muy poco. Las tengo apuntadas, y aunque son sólo dos o tres palabras, tengo actualmente unos cinco folios llenos. Es decir, cosas sobre las que escribir no me faltan.

Lo que pasa es que no sé qué decir. No sé donde leí o escuché una frase que me gustó: el futuro ya no es lo que era. Es una frase curiosa y pensé que podría sacarle mucho partido y escribir algo original a partir de ahí usándola como título. Podría criticar, como siempre hago, criticar, en esta ocasión el futuro, el a dónde vamos y todo el tema filosófico que acompaña, pero pensé, que vaya royo metafórico me iba a salir. Entonces decidí meterme con el presente, porque claro, si nos situamos en el pasado, ahora sería futuro, porque si dice “no es lo que era” es que estamos pensando como si estuviéramos en el pasado. Como es normal, me perdí en mis propios pensamientos, ya no sabía que pasado, que presente ni qué leches, no sabía con qué me iba a meter ni porqué y abandoné ese propósito también.

Asique puse la frase en internet para ver qué salía y si algo me inspiraba para escribir otra cosa. Y nada, la gente es poco original (pero no menos que yo) y ha escrito sobre el futuro desde el presente teniendo en cuenta el pasado y tal. O sea, un rollo. En eso que me encuentro otra frase curiosa que se parece a la anterior: el futuro del pasado. Y después de mucho pensar qué significa eso, después de divagar e incluso de tener unas esporádicas y fallidas ganas de ver la trilogía de Regreso al futuro me di cuenta de que de lo único de lo que podría hablar sería o de esas películas o de las técnicas y tecnologías del futuro que podrían servir para descifrar el pasado y encontrar dinosaurios. O sea, otro rollo.

Entonces, y como tenía ganas de actualizar esto, pues pensé en coger las frases esas que quedan molonas, y llaman la atención y piensa uno, “hala, y esto de qué podrá ir, tiene pinta de ser interesante” y ponerla como titulo para que alguien lea esto.

En fin, ¿qué moraleja o conclusión podría sacar de esto? Pues que seguramente podría haber escrito algo más interesante si me lo hubiera propuesto más (mucho más) enserio. Y que puede que algún día lo haga, pero hoy no es ese día.

Y ¿qué conclusión puedo sacar de todo esto que he escrito? Pues algo tan simple como: Si tengo miles de fotos, cientos de canciones, y cinco folios llenos de cosas sobre las que podría escribir y me da por coger la única cosa de la que no me sale un buen texto, concusión : soy idiota.

19/2/10

Mi manual de instrucciones

No soy la típica persona que se enciende con un botón. No. No tengo un botón de encendido. A ver, tampoco me enciendo a golpes. Normalmente me activo con un simple “Prado”, pero también es verdad que reacciono a otros nombres como “Pra”, “Pe”, “Prodo”, “Studebaker”, “Bitch”, “Marciana”, “Mosca”, “Fish”, “Puercoespinete”, y “Niña”... no sé que pueden tener en común esos nombres…


Si se me llama cuando estaba durmiendo lo más probable es que el usuario reciba una estúpida contestación en un idioma todavía no descifrado, porque tengo muy malos despertares. Pero una vez despierta, la cosa no mejora ya que soy una persona un tanto introspectiva y ando más en mi mundo particular que en el exterior, estoy dispersa y no me entero de cuando me hablan, y cuando me entero finjo muy mal que me importa lo que me están diciendo asique no suelo caer bien a la gente.

Bueno, yo soy una persona muy vaga. Así que si se tiene interés en que me mueva hay que motivarme con algún tipo de líquido (véase café o cerveza) para hacer que mi maquinaria funcione correctamente y no me quede atascada a mitad de cualquier cosa que hubiere de hacer. Cuando se intenta que haga algo, porque puedo hacer de todo, no hay que hacer más que retarme. Con decirme “¿a que no eres capaz de tal?”, pues seguramente vaya yo y lo haga. Y eso, ¿por qué? No se sabe. Puede que sea porque me aburro constantemente y algo que me saque de la rutina es irresistible. O también porque me falla algún tornillo en el cerebro y tengo impulsos descontrolados de hacer locuras.

Prado en versión estándar es un ser callado. No habla así le peguen. Eso es debido a su creencia particular de que es mejor escuchar y aprender que decir guilipolleces, porque muy pocas personas son capaces se valorar y comprender lo que una auténtica conversación con Prado supondría. Para hacer que hable el mejor remedio es la cerveza o las altas horas de la noche en las que divaga y naufraga en océanos de sin sentido.

Es habitual ver a Prado mirar fijamente a algo o alguien sin decir nada. En tales ocasiones o está pensando cosas muy interesantes o no está pensando en nada de nada. Así que si se la ve así, lo mejor es mejor no molestarla pues probablemente no se entere de que le hablan.

Pero como Prado es una persona que cambia constantemente, todo esto no ha de tenerse demasiado en cuenta pues en breve estará obsoleto.

Para profundizar más trataremos de explicar algunos detalles con respecto al sujeto:

Siempre lleva gafas de sol puestas porque si no llora. Siempre lleva la ropa arrugada por que duerme con ella. No se suele peinar ni maquillar por lo que su aspecto es generalmente descuidado. Siempre le trae sin cuidado lo que piensen se su aspecto por lo que las criticas serán en vano. Suele darse golpes en la cabeza contra mesas cuando está cansada, aburrida o desquiciada. Se traba con facilidad, hay palabras que no puede pronunciar y tiene un defecto innato que le impide explicarse con claridad. Tiene una habilidad especial para cambiar de tema de conversación. Suele llevar el móvil colgando al cuello lo que le da un aspecto infantil, pero es que si no, lo pierde. Siempre está mascando chicle. A Prado le cae mal el 90% de las personas en general.

Datos de interés:

Suele comentarse que Prado tiene los ojos más bonitos del mundo. Todas las personas que han conocido a Prado en algún momento la han llamado “rara”.

No se aceptan devoluciones, y si quieres más información, te buscas la vida.

31/1/10

Frikis


La palabra friki está bastante desprestigiada y se usa a menudo como insulto. Es un término peyorativo que hace referencia al individuo de apariencia o comportamiento inusual que se muestra interesado u obsesionado por un tema específico. Estos suelen ser la ciencia ficción, la fantasía, el manga, el anime, los videojuegos, los comics y la informática. Estos temas se caracterizan por no estar bien vistos y aceptados por la sociedad, considerándose normalmente infantiles e inmaduros.

Pero los frikis también se caracterizan por quedarse en su casa pese a que fuera haga el día más maravilloso del mundo, por no tener pareja (y si la tienen es una friki), por no gustarles el deporte en general, por tener amigos frikis (en consecuencia pocos amigos), por ser propensos al sobrepeso y la miopía, por tener conversaciones apasionadas acerca de superhéroes o elfos y por coleccionar comics o muñecos en sus cajas.

Pocos saben que la vida de un friki es una triste historia:

Un friki nace. Crece como el resto de los niños. Un día llega a él un comic, una serie anime, un libro de El señor de los anillos o Harry Potter o un ordenador, y desarrolla por él un interés especial. Luego llega el primer día de colegio. Como lleva gafas y está gordito se sienta al final para que lo vean mucho. No sale al recreo porque prefiere leer su comic. A partir de ahí lo tiene todo en su contra. No es ni de los populares, ni de los listos ni los fuertes y gamberros de la clase, es el raro marginado. Es el último en ser elegido para los equipos en gimnasia y también para los grupos de trabajo. Cuando llega el verano se queda en casa para jugar al rol con más niños raros o para disfrazarse de Frodo o Luck Skywalker, y cuando debería salir a divertirse se queda con la pantalla del ordenador como única compañía. Por eso al final del verano sigue siendo blanco como las paredes y es el blanco perfecto para las burlas de sus compañeros de colegio. Entonces crece, estudia una carrera (normalmente relacionada con la informática), se independiza y como su madre ya no puede amenazarle con nada éste comienza a vestirse como quiere. Compra por internet camisetas como estas:



Pero lo cierto es que nuestro friki no está solo. Hay muchos más como él. Escondidos debajo de las piedras o tras sus capas de invisibilidad se ocultan entre el resto de los mortales. Los hay a patadas. Posiblemente alguno esté leyendo esto. Y es que para ser friki no tienes por qué haber hecho cola durante un día para asistir al estreno de El señor de los anillos, ni haber leído Harry Potter tres veces, ni haberte descargado el guión de La guerra de las galaxias, ni saber élfico o saber pasar de binario a decimal o tener un disfraz de Superman o la carrera de informática.

Friki es cualquiera que se obsesiona por algo. No tiene porqué llegar a hacer de eso su forma de vida, pero sí le llega a influir en cierta medida. Y eso es bueno.

Qué aburrido sería lo que nos rodea si a todos nos gustara lo mismo. Si todos nos vistiéramos igual o si no pudiéramos seguir entusiasmándonos como niños con un comic. Es friki el que sólo escucha un estilo de música. La que lleva el pelo siempre con coleta. El que sólo escucha la SER. El que pasa más tiempo en el McDonald que en su casa. La que solo bebe Coca-Cola light. El que le apasiona la historia como el que le apasionan los coches.

A todos nos gusta algo especialmente y  por ello dejamos que nos influya. Somos un poco fanáticos y extravagantes. Ser frikis nos hace diferentes y especiales.



Sí, soy una friki orgullosa.

25/1/10

Sobredosis de café


Tengo mucho que estudiar
Porque estoy de exámenes
Y como no me concentro
Pues bebo café

Mucho café
Llevo ya casi diez en un día
Estoy histérica perdía
Doy vueltas por mi cuarto
No paro de ir al baño
Y me ha dado por bailar

Bailando me he tropezado
Me he caído
Y me he hecho daño

Después me ha llegado la inspiración
He pintado un cuadro
Me he ensuciado entera
Y me he bañado

He vuelto a visitar a la cafetera
Tengo que estudiar
Pero me ha dado por escribir
Un poema sin sentido
Sin rima ni nada por el estilo

Estoy histérica perdía
Creo que es un problema con la cafeína
Ya son las dos de la mañana
Y no me puedo dormir
Tampoco me concentro
Tengo ganas de reír

Que gracia me va ha hacer en unas horas
Esto del café va a ser la última vez
Por no poder no puedo ni acabar esto
Así que no me complico
Y aquí os dejo

20/1/10

Divagaciones de una pesimista

Retomando los cauces originales de los propósitos de este blog y mis ganas poco renovadas de seguir escribiendo sobre lo poco que se me pasa por la cabeza, voy a continuar criticando.


Pero esta vez a mí misma. Porque lo que más odio en este mundo es la hipocresía, y he acabado siendo una hipócrita.

Porque odio a la gente que escribe sobre sí misma como si fueran lo más importante del mundo, o como si todos los demás estuviéramos deseosos de saber sobre ellos. A esas personas no demasiado aceptadas socialmente que se sienten marginados y diferentes y que por eso les da por pensar y divagar y finalmente, y eso es lo peor, plasmarlo por escrito en internet.

Odio esos dolores de cabeza que la gente transmite, esos quebraderos que no nos importan lo más mínimo pero que aun así, acabamos leyendo para no sentirnos tan desdichados y poder reconfortarnos con la desgracia de los demás.

Y es que se ha puesto de moda, en esta vulgar e inculta sociedad, expresar esos sentimientos de inaceptación e inadaptación. Estúpidos y más estúpidos individuos que sospecho que se encontraran en esa feliz etapa de la vida que va desde los 15 hasta los 21 años, esa etapa en la que uno se conoce a sí mismo a base de desengaños y frustraciones, y que por consecuencia, andan previniendo al resto de personas sobre sus ralladuras mentales.

Pues ahora me toca a mí.

Creo que la suerte es de quien se la merece, que cada uno recoge lo que siembra. Pero la vida aun así es injusta. Y supongo que será porque no hacemos más que pagar lo que hicimos en otras vidas. Por eso ahora me pregunto que debí hacer en el pasado para tener tan mala o tan buena suerte. Porque soy desdichada hasta para saber si tengo buena o mala suerte.

Y hay que darse cuenta de lo vanidosos que somos. Sólo hay que mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de lo que te tenemos y no apreciamos. Lo damos por hecho. Como si fuera así por ley, pero no lo es. Y muchos tenemos más de lo que merecemos.

Pero cuando nos lo dan todo hecho y nos sobra el tiempo y las ganas ocurre que pensamos. Mientras unos mueren de hambre otros mueren de codicia, mientras unos mueren de enfermedades físicas otros mueren de enfermedades mentales surgidas de tanto pensar.

Y mientras que se supone que hemos nacido con suerte estaba claro que no la merecemos, por eso ahora nos toca odiarnos a nosotros mismos, no gustarnos, querer cambiarnos. Tener una vida superficial y vanidosa sin apreciarla. Sin vivirla.

Pensamos que la vida nos debe algo, que algún día nos llegará nuestro momento. La gente cree haber nacido con un talento, convencidos de que han nacido para cumplir una misión. Creemos que somos especiales y que algún día la humanidad nos lo reconocerá.

Sin embargo, según vamos creciendo cometemos el error de conocernos. Nos damos cuenta de solo estamos aquí para tomar parte de ese proceso de producción en cadena que acaba en nuestra muerte. Y es que no somos nada.