26/9/10

El rey ha muerto


El rey ha muerto. Su asesinato fue perfectamente planificado por la reina negra. Aquella que las tropas de infantería temían por su incompasible voracidad. Su leyenda nació ya que le encantaba avanzar hacia su territorio, siempre protegida por la maestría de sus leales consejeros los alfiles, mientras atacaba a los desprevenidos súbditos blancos por la espalda.

Como se supo desde un principio, el difunto rey era un cobarde. Desde que perdió a su esposa sólo trató de protegerse. Incluso cuando tuvo la oportunidad de hacer jaque, retrocedió por miedo. Era su reina era la que llevaba las riendas. La única que acosaba al enemigo, la que abría caminos para sus tropas. Pero un pequeño error causó su muerte.

Exquisitamente elaborada por la malvada reina mora, su trampa fue letal. Tuvo que condenar a una tropa entera de caballería que usó como señuelo al amenazar de muerte al rey cobarde, consciente de que la única capaz de evitar su funesto destino era su homónima católica. Así fue como en un rápido retroceso y consciente de su fatal destino, se sacrificó para salvar su reino a manos de la mora que no vaciló al acabar con su vida.

Así el rey blanco se quedó sin su más preciada estratega, y el camino hacia su perdición había sido trazado. Defendiéndose tras la protección de una de sus murallas usó a la otra para proteger a la que sería su próxima esposa. Sin embargo, enfrascado en ese único pasatiempo descuidó el avance enemigo.

Por ello, con la única ayuda de una tropa de infantería, la reina mora asió al monarca y le obligó a dejar las armas y el futuro de su reino en negras manos.


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