29/11/09

Pecados capitales


Semos uns pecaores amijos mios. (Eso ha sido una herejía, no un pecado). Los siete pecados capitales los cometemos todos, y seguramente varias veces al día. Y lo peor es que estos pecados suponen la condenación eterna. Pero bueno, para eso ya pensó la Iglesia en algo y creó también las siete virtudes que se contraponen a los pecados.

1. La Lujuria, que es el pecado producido por los pensamientos excesivos de naturaleza sexual, se contrarresta con la Castidad. Es decir: “Pero vamos, no me jodas!!!, ¿en serio?... pffffffff…. no eh?, yo prefiero pasarme la eternidad en el infierno… lo malo es que hasta ahí hay curas..”

2. La Gula, que se identifica con la glotonería, el consumo excesivo de comida y bebida de manera irracional o innecesaria, (de manera que las borracheras son un pecado muy grave), se contrapone a la Templanza,- la voluntad sobre los instintos-. Es decir: “¿Qué queee? Ahhh eso si que no! Pero si hasta los curas beben todos los domingos!!”

3. La Avaricia es el pecado que se refiere al exceso en la adquisición de riquezas, opuesto a la Caridad. “Claaaaro, y por eso la iglesia dice que seamos caritativos… para poder comprarse vino!”

4. La Pereza, la madre de todos los vicios es opuesta a la Diligencia, pues significa el cuidado y el esmero en la ejecución de algo. “Toma esa!! Y tan a gusto que se quedaron. Claro, ellos predican con el ejemplo. Para lo poco que hacen, faltaría que lo hicieran mal!!”

5. La Ira, el sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo, impaciencia y deseo de venganza, es lo contrario a la Paciencia. “Jajajajajaja…. perdona que me ria.. pues menos mal que ahora son todos unos perezosos, porque antes paciencia tenían poca, que si a matar brujas, a matar sodomitas, a matar moros…!!”

6. La Envidia, el deseo de algo que alguien tiene, y que se cree que a uno le hace falta, es lo opuesto a la Empatía. “ Ehhhh… ahora lo entiendo!! Por eso tanto mandamiento, tanto pecado y tanta tontería!! Nos tienen envidia y quieren que nosotros también nos fastidiemos!”

7. La Soberbia, el considerado el original y más serio de los pecados capitales es identificado como el deseo por ser más importante o atractivo que los demás. Lo contrario a la Humildad. “uffff, ya ya. Por eso solo hay que ver cómo va vestido el papa y todos esos.. ahí a ver quien lleva más cadenas de oro y más togas de colores… serán chulos!!!”

23/11/09

¿Qué es el matrimonio?

Desde los albores de nuestra especie, nos hemos obstinado en agruparnos socialmente con el objetivo del emparejamiento vitalicio con opciones reproductivas incorporadas. A lo mejor es porque estamos condenados a someternos al dictamen de nuestro código genético, o puede que las firmes garras de la cultura social no nos permitan ver el bosque de libertad que se intuye allá al fondo, en esa zona feliz repleta de urbanizaciones de solteros y divorciados donde las disputas conyugales brillan por su ausencia.

Seguramente caeremos en esa red tarde o temprano, y no nos quedará más remedio que hartarnos de paciencia y antidepresivos para poder conservar nuestra salud mental llegado el momento.

Y es que la convivencia prolongada con la misma persona aburre. Una persona a la que se conoce hasta la saciedad es una persona incapaz de sorprenderte.

Por ello lo ideal es estar conociendo gente continuamente. Y si encuentras a alguien con quien creas que merece la pena emparejarse de por vida, no te engañes, estarás firmando tu propio encarcelamiento.

20/11/09

En el país de las maravillas


En un hermoso prado con flores, arroyos, gigantescos árboles ancestrales y pajarillos piando alegremente, estaba yo aquella tarde tarareando una canción. Aquel lugar podría ser perfectamente un paraíso, y mi vida tampoco podría ser mejor. Tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiera. El problema es que en este mundo no se podían hacer muchas cosas.

-Si yo hiciera mi mundo todo sería un disparate, porque lo que es no sería, y lo que no podría ser sí sería, ¿entiendes?- Le pregunté a mi chihuahua.

El pobre animal, ya cansado de corretear cual perrito de la pradera, me miraba con sus ojos de plato y su lengua colgante como si me quisiera contestar: Tengo hambre.

Por lo que seguí vagando por mi cabeza imaginando aventuras y diversiones. Pero de repente mi estúpido perro hizo algo por primera vez en su vida. Ladró. Y después se escondió en la cesta de la merienda. Entonces yo, anonadada por tal hecho insólito me decidí a encontrar la causa de dicho arrebato.

Y entonces lo vi. Bajo la sombra de un fresno un conejo blanco muy bien vestido y con gafas, miraba su reloj.

-Dios mío que tarde es. No llego. Tengo que darme prisa.- Exclamó claramente alterado antes de salir corriendo.

Yo, como estaba atontada de tanto polen de tanta florecilla y tantos cuentos cursis que me contaba mi hermano, no me paré a pensar cómo era posible que un conejo hablara, si no que sentí curiosidad por saber a qué no llegaba el conejo. Y salí tras él.
Le grité para que se parara pero no me hizo caso y finalmente se metió en una madriguera. Asique yo, en mi condición de niña tonta, me metí también. Y caí.

Al principio mientras caía, como estaba muy oscuro, temí darme un buen porrazo contra el suelo. Pero después, como seguía cayendo y ya estaba cansada, me senté en una mercedora. Empezaron a aparecer pequeñas luces que me permitieron visualizar el túnel de tierra por el caía. Era realmente acogedor, hasta que me escurrí de la mercedora y caí, ya por fin, en el fondo de la madriguera.

El conejo blanco se dirigía hacia una pequeña puerta que cruzó sin problemas. Pero al llegar yo a ella y como soy rubia, tuve que esperar a que alguien me dijera lo que tenía que hacer.

Finalmente el pomo de la puerta me habló. Me dijo que bebiera de un pequeño frasco que tenía detrás de mí. Asique eso hice. Y entonces noté algo extraño. Siempre había tenido complejo porque era muy bajita, pero desde que tomé ese trago, nunca más me he sentido así. Porque claro, el complejo de tapón que tendría que tener siendo igual de alta que un dedal es demasiado grande como para que me cupiera.

Me hice diminuta. Era incapaz de alcanzar el pomo de la puerta. Me quedaría allí atrapada. Hasta que apareció otro frasco del cual también bebí y me hice del tamaño de una casa. Y como soy una mimada niña caprichosa, por no tener lo que quiero me puse a llorar. Mis enormes lágrimas pronto hicieron de aquel lugar un océano. Y como el pomo de la puerta se ahogaba tuvo que abrirse.

Así pues, crucé la puerta y un gran mundo apareció ante mí. Me dispuse a continuar siguiendo el conejo. Y me perdí.

En mi camino se cruzaron muchos personajes. De todos ellos, el conejo blanco era el único que parecía tener verdaderas responsabilidades. Los otros, como las señoras flores cantarinas, que se burlaron de mi ropa, o la oruga fumadora, que la muy colgada no hacía otra cosa que fumar, o el sombrerero que celebra los días de tu “no cumpleaños”, vivían de ensueño. Haciendo todo el día lo que querían sin preocuparse por nada más. El único que me desconcertó fue el gato de Cheshire. Aparecía y desaparecía a su antojo, me señalaba varias direcciones para un solo destino y tenía una malévola sonrisa. Era el único ser interesante que encontré. Gracias a él fui a parar ante la Reina de corazones. La muy impulsiva dominanta sabelotodo y malvada reina quería cortarme la cabeza. Básicamente ese era su pasatiempo favorito. En su reino no había duelos cabeza vs. Corazón. Solo corazones sin cabeza o cabezas sin corazón.

Por suerte, y no sé muy bien cómo, salí de mi mundo. Aunque pueda que me haya dejado algo en él.

...puede que ya haya perdido la cabeza.

8/11/09

¿Recuerdas la última vez que te pasaste por aquí?

Si la recuerdas es porque te pasas por aquí a menudo. Si no, pues no.

¿Y por qué te pasas por aquí? ¿Qué tiene de especial leer lo que escribo? Normalmente son disparates que se me pasan por la cabeza. Y yo no es que sea precisamente una lumbrera. Cosas tontas e insignificantes pero bueno, sirven para pasar un rato pensando en lo rara que soy. ¿Y por qué me leéis? En teoría, y tal como dice ahí a la derecha, escribo para conocerme mejor. ¿Vosotros por qué queréis conocerme?

Sé que nada más leer esto se os irá dibujando en el rostro una expresión común. Levantareis ligeramente una ceja, aparecerán arrugas en vuestra frente, abriréis los ojos un poco más de lo normal, vuestros labios parecerán tristes…

Bueno, esa ha sido la cara que se me ha puesto a mí cuando he leído la guilipollez que estoy escribiendo. Pero ea, más gili*** seréis vosotros, ya que lo estáis leyendo.

4/11/09

La cerveza


Se llama cerveza a una bebida alcohólica…
Una bebida acostumbrada a escuchar suplicas,
Reina de innumerables repúblicas
Donde habitan alegrías y melancolías..

Aunque no la quieras, ella es tu fiel amiga
Tu cerveza siempre te escucha en momentos de flaqueza
Detrás de su vestido de cristal
Si te acompaña demasiado acabas en el hospital

Su gran belleza te arrastra a la pereza
De su color dorado acabas acostumbrado
Pero sus pocos grados te animan a seguir probando

En la riqueza y en la pobreza
Todo el mundo bebe cerveza
Hasta que el barril se acabe
Sin que nadie nos separe

1/11/09

Pesadillas


No. Aquí no voy a analizar mis sueños de forma freudiana. Solo voy a intentar explicar el por qué de las pesadillas.

Últimamente no paro de sonreír. Estando sola o en compañía de alguien se dibuja tontamente una sonrisa en mi cara. Y ahora que me he parado a preguntarme por qué solo encuentro una respuesta: soy feliz.

Pero me pasa algo que hace ya tiempo que tengo proscrito. No quiero irme a dormir porque sé que voy a tener pesadillas.

Generalmente las pesadillas son producidas por el estrés o por traumas. Pero yo no pienso así. Las pesadillas son sueños aterrorizantes en los que afloran nuestros peores miedos y parecen tomar vida con detalles convincentes. Y por eso es ahora, cuando tengo lo que quiero, cuando aparece el miedo a perderlo.

Las pesadillas son una buena señal. Ellas te dicen que en la realidad todo va bien. Antes era despierta cuando vivía con presión, con la agonía de perder lo que tenía. Mi realidad era mi pesadilla. Ahora que me siento liberada y no tengo nada que perder es mi subconsciente el que me dice que tengo miedo de perder mi realidad.
Y será ININTELIGLIBLE lo que estoy diciendo, porque no sé explicarme, pero por lo menos para mí es cierto.

En las pesadillas ocurren cosas que no te gustan, que te atemorizan. Si aparecen es porque estás bien con lo que tienes. Al contrario que en los sueños, que te dicen lo que anhelas, lo que no tienes.