Pero por muy espantosa que pueda parecer, la grafología me ha alegrado la existencia al decirme que soy, precisamente, lo que soy:
La ubicación en el papel indica que se manifiesta como una persona reservada y observante.
Según el tamaño de la firma, mediano, tiende a una extraversión moderada.
El predominio de formas curvas, revela gustos estéticos, amabilidad y buenos modos.
El ángulo ascendente indica una buena ambición y deseo de superación.
La velocidad rápida señala agilidad y dinamismo acentuados.
Según la presión de la escritura, posee un temperamento intenso, apasionado.
La rúbrica indica una búsqueda de autenticidad y originalidad, y una mente abstracta, llena de ideas y pensamientos.
Al ser prácticamente ilegible, indica una actitud de desconfianza y precaución en un primer contacto frente a los demás.
La utilización de las mayúsculas en la firma permite deducir que tiene una buena autovaloración y autoimagen.
El predominio del nombre, demuestra un 'Yo' íntimo muy fuerte, y una gran autoaceptación.
Y aunque no sé cómo han acabado sugestionándome para prestarme a tan subjetivo experimento, me ha parecido divertido.
Quien quiera saber qué conclusión obtienen unos psicólogos de tu garabato, que pinche aquí.
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