El arte puede llegar a nosotros a través de cualquiera de los cinco sentidos. Por medio de la vista no solo podemos maravillarnos con la pintura y escultura, sino también con la arquitectura, u observar obras andantes al percatarnos de que el maquillaje, el vestuario, la peluquería, los tatuajes y piercings, hacen únicos a quienes los llevan; las artes gráficas, que no abarcan solo la literatura, la fotografía y el dibujo, sino cualquiera que implica un proceso de impresión, como el grabado, el cartelismo, los cómics, etc;
Otros regalos para la vista los aporta la cinematografía o las artes escénicas como el teatro o la danza. Pero el arte se puede apreciar además por medio del oído gracias a las artes musicales, desde la ópera al heavy metal. Y también podemos deleitarnos con las obras literarias, la narrativa, la poesía, en oratoria o leída. Y por supuesto podemos saborear el arte por medio de la gastronomía y olerlo a través de la perfumería, de sentirlo a través de la pirotecnia. Podemos rodearnos y saciarnos de arte, podemos quedarnos maravillados contemplando el mundo que nos rodea, la belleza que observaremos si nos detenemos a mirar, escuchar, oler, sentir, y degustar. Y la belleza será subjetiva, pero también lo es el arte. Y si no te gusta lo artificial, lo creado por el hombre, siempre podrás admirar la belleza de lo natural y lo simple. Una semilla brotar, una gota caer o un pájaro volar. Es arte si transmite algo a quien observa. El mundo estaría vacío y sin sentido si no existiera. Lo que está claro es que no hay palabras, imágenes, canciones o cosa capaz de definir lo que es y lo que inspira.
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