10/4/09

Mintiendo


"Decir la verdad lo puede hacer cualquier idiota, pero para mentir hace falta imaginación." Jaume Perich.


Pero lo cierto es que solo quien siempre dice la verdad puede permitirse tener mala memoria. Porque si mientes allá por donde vas, puede pasarte que llegues a un punto en que no sepas cual es la verdad.

Hay quien acaba creyéndose sus propias mentiras, viviendo una vida inventada que no existe.
Puede que se refugie en ella para ser diferente, para cambiar o simplemente porque teme la suya propia. Crea otra vida que le ayude a escapar de la que tiene porque es incapaz de soportarla. Se ve invadido por angustias y sentimientos que no soporta y necesita convencerse de que es otra persona con otra vida para poder seguir existiendo.

Entonces aparece otro, con otra personalidad. Con aquellos con los que siempre ha estado y lo conocen en realidad es de una forma, no se puede ocultar ante ellos, pero con el resto aparece su otro yo, aquel que es más seguro en sí mismo, más conforme con lo que es, simplemente el que es mejor. Ante ellos aparece el cambio, y si esas personas son capaces de soportar esa personalidad tan pretenciosa y egocéntrica durante un tiempo se darán cuenta de que pasa algo extraño, que en ciertas ocasiones es como si no lo conocieran, que él no es así.

Con el paso del tiempo lo llaman bipolar. Y es casi cierto. Porque son dos personas. Distintas personalidades en una persona. Dependiendo de la situación puede que estés hablando con una o con otra. Y llegados a ese punto, una de esas vidas ya no es inventada, es real, y la otra personalidad vive en ella.

Acabará por desaparecer el otro yo, porque llegará el momento en que mentir ya no será necesario. Ya habrá hecho suficiente daño, tanto a sí mismo como a los demás.

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