19/12/09

Prohibido


Bien es sabido, pero realmente es poco conocido, que prohibir algo es despertar el deseo.

Aquellas cosas que se nos prohíben se vuelven tentadoras. ¿Porqué? Hay quien afirma que disminuye el deseo sobre todas las cosas cuando resulta demasiado fácil conseguirlas. Esto es porque el deseo muere automáticamente cuando se logra lo que se desea. Lo que nos atraía de ese algo es que era utópico, imposible, un reto, un estímulo.

Pero lo que hace que nos resulte tentador es que cuando algo se nos prohíbe nace en nosotros la creencia de que se hace para privarnos de algo. Las personas son seres curiosos por naturaleza, (la curiosidad es muy importante para el desarrollo cognitivo) y por ello han de conocer las razones por las que algo se veda.

Y las razones que nos llevan a hacer algo que sabemos que no debemos hacer, pueden ser debidas al deseo de destacar, de ser el centro de atención al ser rebelde e ir en contra de lo establecido. También resulta un estímulo hacer cosas prohibidas porque las que no lo están son las que hacemos constantemente, y a veces, salir de la rutina reconforta.

La ciencia por lo visto no se ha dedicado a investigar excesivamente sobre este asunto, porque claro, me dijeron que no fumara, y acabé fumando; me dijeron que no bebiera, y más de lo mismo; me atraía el novio de una amiga, y la acabé jodiendo; etc.

La moraleja de esto, si es que la tiene, es que se debería permitir todo, y se deberían eliminar los tabúes, sin que nada estuviera mal visto; entonces no existiría la tentación de probar cosas por el mero hecho de que están a nuestro alcance, actuaríamos con plena libertad y las únicas limitaciones que nos impondríamos nacerían de nuestra propia lógica y razón, lo cual nos haría más inteligentes.

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