3/12/09

Autocensura


No penséis queridos lectores que yo soy una persona refinada a la que le gusta hablar (escribir, expresarse) de una forma elaborada, con un cuidado por el léxico, la gramática y el estilo muy preciso. No. Bueno sí, un poco. Me gusta escribir bien en la medida de mis capacidades, y además, pretendo hacerlo, porque algún día me gustaría ganarme la vida con lo que escribo.

Pero no por ello debéis pensar que hay veces, y en especial al tratar algunos temas de los que escribo en este sitio, en las que no me dan ganas de usar expresiones poco apropiadas, como las que me estoy conteniendo de ejemplificar ahora mismo porque no quiero mostrar una imagen de grosería y vulgaridad. Pero hay veces en las que esas palabras se pasean de mi mente a mis dedos desando salir. Y yo no las dejo. Y esa es la censura más dura a la que puede someterse una persona, a la suya propia. Y es algo que muy poca gente valora y respeta.

Pero la censura que me auto impongo tampoco es tan grave. Al menos si la comparamos con la de otras personas. Aquellas que se niegan a sí mismas lo que son, por miedo a lo que sea.

Y aunque yo respeto y valoro la censura que se auto imponga la gente (la única que respeto), considero que una persona que se niega lo que es, que tiene miedo de decir lo que es, o que no está conforme con lo que es, es una persona sin personalidad.

1 comentario:

periodistasUniversidadMedioHecha dijo...

Veo que con esta entrada has eliminado la censura de los comentarios en tu blog. Inteligente decisión, tanto como considerar el matrimonio de esa manera tan particular ;D