15/8/09

Infeliz

 “Personas inteligentes, y a la vez felices, es la cosa más rara que he visto” Ernest Hemingway.


Los índices de suicidio, de encarcelamiento y de problemas emocionales son mucho más altos entre las personas de gran inteligencia que entre los que se engloban dentro de la media. Muchos son social, laboral y emocionalmente un completo desastre.

En el libro ‘Inteligencia Emocional’ de Daniel Goleman se dan razones que explican por qué las personas inteligentes son infelices.

Él entiende a que es debido a que en el mundo occidental, donde el principal interés es la acumulación de riqueza, se promueve la imagen de héroes de película, de guerra y del deporte, pero no del desarrollo intelectual.
Dice que a los niños inteligentes se les excluye de los ámbitos sociales porque son “raros”. Su desarrollo emocional queda pues atrasado al no enfrentarse en su vida a situaciones y experiencias típicas del resto de personas, como el trato con amigos, las relaciones de pareja, discusiones, alegrías, etc. Como resultado hay un gran número de personas inteligentes, pero cuyo desarrollo social ha progresado mucho más despacio que el del resto de personas, y que por ende tienen serios problemas al intentar hacer frente a algunas situaciones estresantes de la vida.

Es decir, las personas inteligentes son unos marginados y excluidos socialmente, por lo que no llegan a ser feliz.

Finalmente también habla sobre otro de los problemas para alcanzar la felicidad que tienen las personas inteligentes es que suelen percibir y reflexionar con mayor intensidad sobre las tragedias y tristezas del mundo en el que viven. Son más conscientes de las desgracias que les rodean, de las injusticias, y de sus propias miserias y carencias.

También hay que tener en cuenta que hay distintos grados de inteligencia. Para algunos ser inteligente es tener la capacidad mental, y el saber usarla, para disfrutar con lo que sea que se te cruce en la vida.


Yo soy suficientemente inteligente como para ser infeliz, pero lo suficientemente tonta como para considerarme inteligente, del mismo modo, considero que ser feliz consiste valorar todo lo que tienes y disfrutarlo, pero también sé que las injusticias y las desgracias con las que vivo no me dejan hacerlo.

Por eso yo soy algo extraño, soy tristemente feliz.


1 comentario:

Aíxa dijo...

Es verdad que hay una teoría que defiende que sólo el tonto es completamente feliz, pues vive ajeno a las desgracias que acaecen cada día, y no es consciente de los múltiples problemas a los que debe enfrentarse.
Quien, por el contrario, es una persona inteligente y sabia, es sensible ante las injusticias, le da demasiadas vueltas a sus problemas y no vive ajeno a todo lo que pudiera trastocar su estabilidad emocional.
Yo no soy inteligente, pero tampoco me considero tonta. Podríamos dejarlo en que soy lo suficientemente tonta como para enamorarme, y lo suficientemente inteligente como para comprender que eso deja de ser una desgracia si tú estás aquí conmigo.
Hay muchas cosas que me hacen ser feliz... y tú eres una de ellas :)